miércoles, 3 de septiembre de 2008

LA INTELIGENCIA A NUESTRO SERVICIO



Vestidos de bits:
Redes ajustadas al cuerpo que protegen nuestra salud y da confort a nuestro cuerpo. Sirven como censores de gestos, aumenta la sensibilidad de los ojos y oídos, tienen pequeñas pantallas, obtenemos información discretamente en el oído.
Redes corporales:
Un ayudante interno, conectado en red al cuerpo, como un ángel guardián que es capaz de capturar y recuperar todo lo que oímos, leemos y vemos.
Utensilios inteligentes:
Nos relacionamos con cajas, vehículos, utensilios y juguetes más inteligentes, capaces de realizar tareas especializadas, en contextos específicos.
Edificios con sistemas nerviosos:
Los edificios dejan de parecerse a los protozoos y se parecen más a nosotros. Estaremos en continua interrelación con ellos y los consideraremos cada vez más como robots donde habitar.
Dispositivos habitables:
Organismos electrónicos que se interconectan mediante el sistema nervioso del edificio: sus censores, visualizadores, superficies de proyección y accionadotes robóticos.

A Mitchell, que participó en el seminario organizado en Sevilla por la Fundación Telefónica, no se le escapan las dudas que suscitan proyectos como éstos. ¿Qué pasará cuando todo, incluido el ciudadano medio, esté interconectado? ¿Perderemos intimidad? ¿Está suficientemente asegurada la protección de la salud ante el incremento de ondas electromagnéticas? ¿Nos harán estas redes más vulnerables a los ataques cibernéticos? "Entiendo que estas preocupaciones existan, pero no hay evidencias científicas serias todavía de que haya razones para preocuparse". "Lo que yo creo", añade Mitchell, "es que el gran problema no es tecnológico, sino cultural. Descubrimos cosas a gran velocidad, pero no podemos inventar las convenciones sociales para entenderlas con la misma rapidez".

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